El 19 de marzo, Obama, de visita oficial en Brasilia, durante un almuerzo en el Palacio Presidencial de Planalto, se tomó unos minutos para recibir un llamado de la Secretaria Clinton y, consecuentemente autorizar el ataque militar a Libia. Después que Obama se hubo retirado del país, la presidenta Roussef exhortó el cese del ataque por considerarlo un tema a ser discutido en la Asamblea de la ONU y no en el Consejo de Seguridad.
También el 26 de mayo, el Congreso americano aprueba y eleva al Poder Ejecutivo la National Defense Authorization Act, que incluye la provisión de autorizar la Guerra Global (Worlwide War), sin fecha de vencimiento, para que el presidente pueda comenzar una guerra en cualquier lugar del mundo, en cualquier momento, a su arbitrio, sin necesidad de una autorización del Congreso. ¡Mayor concentración de poder presidencial! Y un tema bastante delicado.
Hannah Arendt |
Hannah Arendt escribió en 1971 un texto titulado La mentira en la Política. Allí, la filósofa de origen alemán hace un comentario sobre la mentira organizada del gobierno americano y sus agencias, estructurada en derredor de la Guerra de Vietnam. Uno de sus comentarios fue que el mundo puede llegar a asustarse de la “amistad” de los Estados Unidos y de su “compromiso” para con determinados objetivos. Recordemos que Pakistán es un país “amigo”, al cual le han cedido una importante cantidad de armamentos. A este amigo, solamente lo invadieron en su soberanía. Asimismo, desde la “casa” (el Palacio de Planalto) de otro país “amigo”, autorizó un ataque militar a un tercer país. Y, por último, desde el país reconocido históricamente por el motto “libertad, igualdad y fraternidad”, firmó un acta que continuará dañando las libertades individuales de los habitantes de los Estados Unidos.
Alejandro Fidias Fabri